Margarita Barrientos: “Hoy estoy pagando el haber apoyado a Macri”
Antes de que la pandemia hiciera pie en el país, Margarita Barrientos alternaba su vida entre Buenos Aires y Añatuya, su ciudad natal. El inicio de la cuarentena la sorprendió en la ciudad santiagueña y allí permanece desde entonces. Pero lo suyo dista mucho de ser un aislamiento. En diálogo con La Nación, cuenta que el trabajo es arduo, digno de un mago, para sostener los cuatro comedores -que alimentan a más de 5000 personas- más los diferentes espacios sociales (bibiloteca, jardín de infantes, centros de salud, talleres) que lleva adelante su Fundación entre Añatuya y Buenos Aires.
Barrientos reconoce que el impacto económico de la cuarentena coloca el presente y futuro de su obra en estado crítico. Por un lado, la asistencia que recibía de particulares y empresas decreció en un 90%, asegura. Al mismo tiempo, sostiene que su Fundación engrosa la lista de organizaciones sociales que reclaman mayor asistencia estatal sin obtener respuesta. "A lo mejor porque a mí me consideran una aliada de Mauricio [Macri], la ayuda no me llega", arriesga. Sin embargo, agrega que ha perdido contacto con el expresidente, de quien dijo, hace unos meses, sentirse defraudada. "El que se ofendió por mi palabra, que sepa que no se interpretó el sentido en el que yo lo quise decir", puntualiza.
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